Este hermoso hombre de treinta años comienza su día mirándose en el espejo a su musculoso y peludo torso. Sabe que es un patán, se ama a sí mismo, y pasa su tiempo hablando consigo mismo. Después de una ducha muy relajante, está súper relajado y se acuesta en su cama, desnudo, para complacerse. Es hora de que el jugo fluya. Una buena paja caliente, el culo frotándose contra las sábanas, la polla endureciéndose gracias a los movimientos de las manos. Gruñe, siente que el esperma sale pronto, empieza a jugar con una almohada. Lo hace cerca de su ventana: nunca sabes si un tipo lo estaba revisando. Humm exhibirlo te hace saltar: ¡suelta a mi chico!