Los turistas americanos vienen a París no sólo a visitar sus museos, también vienen a probar el culo francés. Un guapo francés espera en su piso a que alguien le folle. Tiene ganas de polla y su culo necesita ser atendido. El tío que entra es sin duda el hombre de la situación. Un americano alto y barbudo, grande, guapo y con una buena polla entre las piernas. La química está ahí y el francés ya está empalmado por la expectación... Lo lleva a la habitación y empieza a chupársela, usando su boca y su garganta para excitar la gran polla americana. Luego se hace lamer el culo, excitadísimo ante la idea de ser follado por el hábil semental. Su apetito de polla no tardará en saciarse.