Dotado de un cuerpo perfectamente esculpido, un joven empieza su nuevo trabajo como camarero en un sex-club. Un par de machos de cuero dominantes se le insinúan enseguida. No están ahí para pedirle refrescos. De hecho, no están aquí para pedir. Están aquí para coger lo que quieren: su boca y su joven culo. El nuevo empleado está ansioso por complacer a sus clientes.